Una multitud de chalecos amarillos se manifiesta en los Campos Elíseos con una tensa calma

París ha amanecido con un día claro y despejado y con un reguero de chalecos amarillos congregados en la avenida de los Campos Elíseos, donde la policía antidisturbios les hace frente. Muchos acuden a la manifestación de este sábado con banderas de Francia anudadas al distintivo de su protesta, o con un aspecto más singular, como con monos de trabajo del color de su reivindicación e incluso una especia de botas altas. Desde primera hora de la manana, los medios franceses informaban de que la policía ha realizado un gran número de detenciones, alrededor de 300, para evitar que los radicales vuelvan, como el pasado sábado, a arrasar las calles de París. En todos los accesos a la plaza del Arco del Triunfo hay policía encargada de realizar controles, abriendo las mochilas de los asistentes a la manifestación y registrando su contenido, y no es extraño ver a antidisturbios atravesar las avenidas alrededor del monumento. Hay chalecos amarillos que no tienen ganas de hablar con la prensa. Uno de ellos, a la altura de la avenida Víctor Hugo, y acompañado de otros dos, ha empleado palabras insultantes y dicho que odia a los medios de comunicación tras ser preguntado a ABC. Su destino era la multitud que se congrega en los Campos Elíseos, donde se escuchan gritos y abucheos y, de vez en cuando, un ruido seco y duro, como un golpe repentino. A la altura de la avenida Morceau, una mujer, miembro del movimiento, se ha quitado su chaleco amarillo y confesado que «tiene miedo». Todo el mundo teme que, como ocurrió la semana pasada, las escenas de violencia se repitan hoy.
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