Jubilarse antes de tiempo sale este año gratis

Las pensiones subirán un 8,5% el próximo año, pese a la contención de la inflación en los últimos meses del ejercicio. Y las mínimas y no contributivas, es decir, las de aquellos que no han cotizado, o no lo han hecho lo suficiente para tener derecho a una prestación , se incrementarán casi el doble, un 15%. Esto es así porque la nueva legislación sobre pensiones prevé que estas se incrementen en función del IPC medio de los doce meses previos a diciembre del año anterior. En este caso la inflación interanual media de diciembre de 2021 y a noviembre de 2022. Una de las primeras consecuencias de una subida tan abultada de las prestaciones es su enorme coste, más de 15.300 millones de euros. Pero tiene otros efectos indirectos que al final también incrementan el gasto del sistema. Y es que este elevado incremento fomenta la jubilación anticipada , que es exactamente lo contrario de lo que ha defendido durante toda la legislatura el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá. Y de hecho ha tomado medidas para desincentivar ese retiro anticipado. De este modo, según explican desde BBVA-mi jubilación, el incremento de la pensión compensará con creces el recorte que se produce por la aplicación de los coeficientes reductores de aquellos que se jubilen hasta 18 meses antes de la edad legal de jubilación. Y si voy a cobrar lo mismo jubilándome antes que después, para qué voy a trabajar más. Es por ello, que aunque todavía no hay cifras, se espera que se incrementen las jubilaciones anticipadas en este final de año para aprovecharse de esta paradójica circunstancia que probablemente hasta ahora nunca antes se había producido. Esta semana hemos conocido también las propuestas del Ministerio de la Seguridad Social para abordar la segunda pata de la reforma de las pensiones exigida por Bruselas. Hasta ahora se había aprobado lo fácil. Subir las pensiones con el IPC, aunque algunos nos parezca un error, por su elevado impacto en las cuentas públicas y por la disparidad respecto a lo que ocurre con los salarios, es muy fácil de apoyar en el Congreso de los Diputados, donde la mayoría de sus señorías no ponen las luces largas para mirar al futuro , sino que piensan en las elecciones del próximo año y los nueve millones de pensionistas con sus correspondientes votos. Pero ahora toca aprobar medidas que garanticen la sostenibilidad del sistema y para eso hay que recortar prestaciones o subir cotizaciones, y ambas cosas es lo que ha planteado Escrivá. Ampliar el periodo de cálculo de las pensiones de 25 a 30 años, aunque puedas elegir los ocho mejores, se traducirá en una merma de las futuras pensiones, por lo normal es que los trabajadores vayan cobrando más a medida que cumplen años y aumenta su experiencia, con lo que al tener en cuenta más años, lo lógico es que los primeros las cotizaciones sean más bajas y, por tanto, la pensión también. Aunque sea esta la medida más contestada por los sindicatos y por la propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz , la verdad es que esta medida tiene todo el sentido, si de lo que se trata es de ligar lo que uno recibe con lo que ha cobrado. La contributividad del sistema sale, sin embargo, tocada si finalmente se aprueba la reforma, porque se pretende elevar las bases máximas de cotización diez veces más de lo que subirá la pensión máxima, lo que significa que se distorsiona esa correspondencia entre lo que se cotiza y lo que se cobra. Subir las pensiones de los que no han pagado el doble de lo de los que sí lo han hecho también ataca esa contributividad.
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