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    Miremos al futuro con generosidad


    El contexto no era sencillo, ni lo fue la negociación. Pero el espíritu de consenso debía reinar sobre cualquier particularidad. Finalmente, se aprobó el Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo. Es decir, con debate y reflexión Gobierno, patronal y sindicatos acordaron una reforma laboral muy necesaria. Con una situación de postpandemia que mantenía la reactivación de la economía en una línea excesivamente suave, con un nivel de endeudamiento importante y desgraciadamente una deuda pública también preocupante, había que sentarse, hablar, negociar y buscar acuerdos y consensos de país. Y se hizo. Ahora se cumple un año y la conclusión es que tenemos un mercado laboral más resiliente. 12 meses para una parte y 9 meses para el cómputo total de la Ley, sin embargo, es poco tiempo para ver con perspectiva los efectos de esta reforma. Los datos permiten augurar un cambio cultural de gran envergadura por la reducción de la temporalidad que impulsa la estabilidad en el empleo de los colectivos más vulnerables. La reforma laboral tenía y tiene dos principales objetivos: añadir calidad y empleo estable con la necesaria flexibilidad para las empresas que facilite la supervivencia de las mismas. Objetivos que ya adelanto que se han cumplido. Pese a que la reforma de la contratación ha resultado algo traumática para las empresas, como lo son muchos cambios, tras 9 meses de completa puesta en marcha el balance es positivo. Se ha matizado uno de los males endémicos del mercado de trabajo español como era la temporalidad ya que creábamos empleo a la misma velocidad que lo destruíamos. Por otro lado, aunque tenemos la tasa de desempleo más alta de la OCDE, éste no ha crecido ni en los meses en los que tradicionalmente España destruía empleo. Y mantenemos la tasa de afiliación más alta desde 2008, siempre por encima de los 20 millones de personas ocupadas. Los datos de afiliación de autónomos se han ralentizado, aunque se mantienen en positivo. La brecha de la temporalidad con la UE se ha reducido hasta 8 puntos y desde abril la temporalidad del sector privado ha bajado 5 puntos prácticamente. Casi 1 de cada 2 contratos que se realizan ahora mismo son fijos, mientras que hace un año no llegaban a 1 de cada 4. Y quiero hacer especial hincapié en que se ha favorecido tanto el empleo juvenil como el femenino. Como conclusión, a la vista de estos datos podemos afirmar que la dirección es la correcta, que hace un año iniciamos un rumbo que era necesario. Con consenso se han corregido problemas en la normativa laboral como la clarificación del convenio aplicable a las contratas y subcontratas y la prohibición de devaluar el salario por debajo de las condiciones del convenio sectorial. Avances ambos que están incidiendo en la mejora de la calidad del empleo. Noticia Relacionada estandar No Los empresarios plantan a Díaz pero proponen una subida del SMI hasta 1.040 euros como máximo Gonzalo D. Velarde Los sindicatos presionan a Trabajo y piden llevar la subida del salario mínimo a 1.100 euros El resultado es que hemos conseguido transitar esta crisis motivada por el coste de la energía , el gas y los conflictos geopolíticos, recién salidos de la pandemia, y sin destrucción de empleo. Un ejemplo del evidente cambio es que justo antes de la declaración del estado de alarma, cuando las primeras consecuencias de la paralización de los mercados llegaban a España, se destruyeron más 800.000 puestos de trabajo. Catástrofe que no se ha repetido en esta ocasión. Digamos bien alto que se ha conseguido evitar que se llegue a la crisis social durante o tras una crisis económica al facilitar una mayor flexibilidad en las empresas y a la vez proteger el empleo. Entre estas medidas destaca el contrato fijo discontinuo que vino a sustituir al contrato por obra y servicio. La flexibilidad para las empresas adicionales a la ya existentes en el Estatuto de los Trabajadores añadía a la vez más estabilidad y más protección social para el trabajador. Los buenos resultados anuncian una transición cultural en las contrataciones en España. Quedan aun algunos resortes interesantes en el Estatuto de los Trabajadores, a nivel de flexibilidad interna, para afrontar el contexto adverso en 2023 como es el mecanismo RED, ahora mismo en una prueba piloto en el sector de las agencias, o principalmente con los ERTE. Tengamos en cuenta que hay 22.763 personas en ERTE ahora mismo. Es un milagro que significa que si las cosas vienen mal podemos volver a esta figura y evitaremos la destrucción de empleo. Unos ERTE muchos más flexibles, dinámicos y adaptados a las necesidades de las empresas como ya se ha demostrado durante la pandemia y que protegen al trabajador que se pusieron negro sobre blanco en el articulado de la Reforma. Es importante mantener ese espíritu de la reforma acordada y el equilibrio de los acuerdos alcanzados. De ello dependerá que sea una norma estable en el tiempo y estable sea nuestro empleo. Miremos con generosidad al futuro y pongamos en valor el esfuerzo realizado. Lorenzo Amor es presidente de ATA.
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