Una magnífica dualidad

Elementos. Fuerzas de la naturaleza. Una lucha voraz, más que frente a los rivales —que también lógicamente—, contra el mar y el viento. Y a la vez un ejercicio continuo de alianza con lo incontrolable del agua y lo indomable de ese soplo que empuja o frena o impulsa o rola. La belleza, la plasticidad, la competitividad o el esfuerzo máximo e innegociable exprimen al deportista que decide que lo suyo es buscar el triunfo en esa dualidad del estar con y contra simultáneamente con el mar y el viento. A uno le pica ese bicho imaginario para enamorarse de las disciplinas náuticas o no le pica, pero si esa relación nace es para siempre. Toda esa verdad, las infinitas escenas... Ver MásRead More
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