El Madrid no cambia de formato
Si el Madrid ganó el pasado sábado en Anoeta sin merecerlo, tampoco lo pareció ante el Stuttgart. Courtois, en modo final de Champions de París, sostuvo a un equipo que se estrenó en la nueva Champions con una victoria a golpe de individualidades. De momento, este Madrid es una película de tiros , no de amor. Dos horas antes del estreno continental del quince veces campeón, la noticia era la posición de central de Carvajal . Media hora antes, la novedad eran los decibelios del Bernabéu. Dos días después de anunciar un parón en los conciertos hasta, como mínimo, abril del próximo año, la megafonía del Bernabéu sonaba más baja que nunca. La habitual música previa a todo trapo, la recitación de las alineaciones por parte del 'speaker' y el himno de la Décima sonaban con el botón de no molestar en 'on' . También sucedió con la nueva versión de la sintonía de la Champions . Sí, el Madrid se ha tomado muy en serio el litigio vecinal. Lo que no pareció tomarse tan en serio fue al rival. El Stuttgart es un equipazo, que trata el balón de forma exquisita y que monta contragolpes a la velocidad del correcaminos. San Thibaut evitó que al descanso se marchara con ventaja. Con amplia ventaja. El belga evitó tres goles cantados. El primero, a los cuatro minutos, con una mano dura abajo al disparo de Leweling. El segundo, en el 14, al detener un lanzamiento de Millot, que cinco minutos antes había perdonado un mano a mano echándola por línea de fondo. En poder de intimidación, Courtois también es el número uno. Su mejor parada fue en el 16. Asociación entre Stiller , Undav y Millot, y remate final del primero, ya solo ante Courtois, al que respondió el belga con brazo de inspector Gadget. Tan brillante su acción como la pereza defensiva del Madrid. Una más. Tuvo una más el Stuttgart, en el 28. Esta vez con medalla para Carvajal. Sostuvo un tres contra uno y obligó a Undav a conducir hasta dentro del área y disparar. Por en medio se topó con la pierna del pepinero, cuyo desvío se alió con la madera, como en San Sebastián, y el larguero acabó escupiendo el balón por línea de fondo. En el Madrid, solo Mbappé levantaba a la gente de su asiento . Le falta ajustar la mirilla, pero comienza a dar serias señales de mejor Kylian. Una arrancada suya por la izquierda, con bicicleta y semi cola de vaca, acabó en un disparo que se encontró con los puños duros de Nübel . Fue la única clara ocasión de un Madrid al que el VAR le quitó un penalti. Decisión correcta. En la disputa del balón, Mittelstädt no llega a golpear el pie derecho de Rüdiger , aunque así lo señalara el colegiado turco. Buena actuación del central germano, que ni pestañeó cuando Umut Meler, tras dos minutos de visionado, recogió cable. Ese primer plano fue delatador. Del vestuario salió el Madrid con Militao y sin Lucas. Tenía amarilla. Cambio para colocar las piezas en su sitio. Un lateral de '2' y un central en la defensa . Y Mbappé abriendo el marcador a los 24 segundos de la reanudación. Un pase en largo de Tchouaméni hacia la carrera de Rodrygo lo midió mal Mittelstädt. Le botó justo cuando estiraba la pierna y ahí dejó correr la pelota para que el brasileño se presentara en el área y le regalara el gol a Mbappé. Pase a la red. 1-0 Pudo hacer el Madrid el segundo, en un zurdazo de Vinicius desde la frontal del área que se estrelló en el larguero. Empate a palos. Y en el marcador. No tardaría el Stuttgart en igualar un partido al que nunca le dejó de dar la cara. Antes del tanto de Undav (68), la tuvo de nuevo Millot , obligando al enésimo milagro de Courtois. Pero Fátima solo hay una, y poco pudo hacer Courtois en el cabezazo del propio Undav. 1-1. Lo que pasó en los últimos veinte minutos es lo que tantas veces se ha visto en la Champions en el Bernabéu. Un equipo rival rozando la machada, pero un Madrid vencedor. No hay explicación posible. Y es mejor no buscarla. En el 83, Modric puso un balón desde la esquina con los decibelios que no tenía ayer el Bernabéu y Rudiger lo cabeceó a la red. 2-1. Endrick sentenció con el 3-1 en el 94 . Esto es la Champions papá.
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