Osasuna desnuda al Barça de Flick
Descanso de entrada para Lamine Yamal . Los días desde el último partido han servido para saber que el portero Szczesny que queremos fichar no sólo está jubilado sino que además fuma, lo que francamente ayuda a retratar las calidad de las ideas que tiene Laporta, ese entrenador que desde las alturas de su superioridad moral presume de tener un modelo de club mejor que el Real Madrid por confiar en la Masía. Pau Víctor y Ferran acompañaban a Lewandowski en el ataque. Pedri, capitán. Eric de medio centro, confianza ciega de Flik. Sergi Domínguez tuvo también el premio de la titularidad. Empezó tranquilo el equipo, tocando, jugando, masticando las posesiones, buscando que Osasuna dejara algún hueco. Iñaki Peña hizo una salida al primer toque que sólo Dios sabe si le salió bien por talento o por casualidad. Vicente Moreno fijaba marcas que no eran reales e intercambiaba a los extremos para confundir a los defensas. Constante peligro local con llegadas que tenían profundidad y parecían avisos. Cuadra Fernández se quejó al delegado del campo de los aviones de papel que el público hacía con las cartulinas del mosaico y lanzaba al terreno de juego. El portero Herrera, muy atento, desbarató una magnífica asistencia que Pedri le puso a Ferran. Celebró su acierto como un gol, no sin razón. Quien de verdad marcó fue Budimir, de cabeza , sobre el cuarto de hora. Iñaki Peña asistió a la jugada como un aficionado más de Osasuna, sólo le faltó aplaudir. Ni salió para atajar el centro ni se tiró para rechazarlo, aunque hay que reconocer que lo segundo era complicado. A partir del gol el Barça se descompensó, perdió el control del juego, la finura. Iñaki Peña intentaba redimirse de su pobre actuación en el gol con algunas salidas que es verdad que resolvieron el peligro pero con una extravagancia que reflejaba la inseguridad. En el segundo gol también pudo salir mejor pero sería injusto restarle mérito a la gran resolución de Bryan . El Barça recuperó la calma, la fe en la elaboración, las posesiones largas y la selección precisa de los momentos para la profundidad, sin obsesionarse por la verticalidad. Se notaba la ausencia de la delantera titular y la menor categoría futbolística sobre todo de Ferran. Los jugadores de Osasuna, cansados por el enorme esfuerzo, necesitaban el descanso, pero el Barça no era capaz de crear ocasiones claras. Ahora ya sabemos cómo funciona el ataque del Barça sin Lamine Yamal: no funciona . Es bueno saberlo. Por primera vez esta temporada, el Barça fue claramente superado por el contrario. Al filo del descanso Pablo y Bryan pudieron marcar el tercero. Flick no quiso señalar a nadie y volvió del descanso sin cambios, pero mandó calentar a los tres que todo el mundo sabía que tenían que salir Lamine Yamal, Casadó y Raphinha. Ferran muy mal, no estaba en el partido. Ferran no es un jugador para el Barça. Y justo cuando era lógico empezar a preguntarse si realmente era oportuno esperar tanto para los cambios, Lewandowski pudo recortar en el 52 pero chutó flojo y rechazó Sergio Herrera; y es lo último que hizo bien el portero, que se equivocó en una asistencia excesiva y luego colapsado por su fallo cometió otro peor y Pau Víctor marcó de un disparo que no habría tenido ningún futuro sin su colaboración. Torre y Pau Víctor fueron sustituidos por Raphinha y Lamine Yamal. Pero lo que pareció un revulsivo del Barça, especialmente con los cambios, acabó siendo un revulsivo para Osasuna, que pudo marcar el tercero gracias a un notable regalo de Gerard Martín. Los de Vicente Moreno sabían que resistir no era suficiente y elevó la presión contra un rival flojo en los balones divididos, impreciso, y que esperaba que el talento individual compareciera. Ferran hizo una muy meritoria jugada pero chutó al cuerpo de Sergio Herrera, que salió bien. Osasuna era letal en las contras y el Barça tenía demasiada prisa por ser vertical en busca del empate inmediato. Eric se precipitaba sin motivo, con asistencias al primer toque que eran tan innecesarias como infructuosas. Perdiendo 2 a 1 en El Sadar Flick cambió a Lewandowski por Casadó y dio entrada a Balde por Gerard Martín. Las prisas por marcar dejaron desguarnecida a la defensa en la jugada del claro penalti de Sergi Domínguez a Budimir , que lo transformó. Bretones marcó el cuarto de un potente disparo desde fuera del área, golazo. Lamine Yamal correspondió con otro gran gol muy parecido en el trazo. Osasuna fue superior en juego y goles en el conjunto del partido y puso al Barça ante el espejo de sus debilidades, que pese al brillante arranque liguero, las tiene. Las vimos contra el Mónaco, las vimos en Liga contra el Getafe pese al final feliz y las vimos en Pamplona. No hubo reacción táctica de Flick al atropello navarro. Esto tal vez es lo más significativo de una noche en que pese a la derrota, el equipo no perdió la dignidad como con Xavi.
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