Pastiche de oro
Partamos de la base de que todo lo relacionado con el Balón de Oro es una solemne horterada. Siempre lo fue, siempre lo será. Pero lo de este trofeo en particular es digno de elogio por el hecho de conseguir alcanzar cada temporada una nueva cima en su imparable escalada en el horterómetro. Todo en esa gala luce con el aspecto de envoltorio de unas patatas fritas gourmet: pretencioso y pringoso. Y qué decir del propio trofeo en sí mismo, pastiche disfrazado de Ferrero Rocher que encima ni de oro es. ¿Acaso puede existir algo menos futbolístico que regalar un balón de mentira a alguien que se dedica a jugar al fútbol? Solo sirve como excusa para desfilar con los... Ver Más
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