De donde nadie vuelve
El Madrid tuvo que volver a lo de siempre: a colocarse debajo de la nariz el algodón de amoniaco para volver de entre los muertos cuando ya nadie creía en sus posibilidades. En noches europeas como esta, de tan guionizado que parece todo en el Bernabéu, cualquiera podría decir desde fuera que estamos ante un combate de Pressing Catch o de WWE. El guion es siempre el mismo: el Madrid se tambalea, besa la lona, cuenta hasta 8 el árbitro, el público comienza a silbar, a impacientarse. Y de repente, el corrientazo. El baile de San Vito. Cualquiera de sus jugadores se agarra a las cuerdas del cuadrilátero como si fuera un tendido eléctrico y la bestia revive. El equipo... Ver Más
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